¿Cuánto aire te cabe en los pulmones? Averígualo con este experimento
Necesitas:
- Una botella transparente de 2 litros
- Un tubo de plástico delgado
- Un recipiente grande con agua
Llena de agua el recipiente y la botella. Tapa la botella e introdúcela boca abajo en el recipiente con agua, de manera que la parte superior de la botella quede sumergida en el agua. Destapa la botella sin que salga el agua del interior (no dejes que entre aire en ella) e introduce el tubo dentro de la botella. Ahora inspira profundamente y sopla a través del tubo. Verás que a medida que entra aire en la botella, va saliendo una parte del agua. Cuando hayas dejado salir todo el aire de tus pulmones, haz una marca con un rotulador en el nivel del agua que queda dentro de la botella. Repite el experimento con tus amigas/os, con los miembros de tu familia, buscando la mayor variedad posible de edades y de condiciones físicas para extraer tus propias conclusiones. ¿Quiénes son los que tienen mayor capacidad pulmonar: los niños o los mayores? ¿hombres o mujeres? ¿deportistas o no?
Puedes hacer marcas previamente en la botella para cada 0,1 litros de agua, y así calibrar la botella para tener medidas más exactas de la capacidad pulmonar de cada una de las personas que colaboren en tu experimento.
Sigue investigando…
¿Cuántas respiraciones (inhalaciones y exhalaciones) haces en un minuto? ¿Cuántos latidos realiza tu corazón en un minuto?
Realiza alguna actividad física intensa durante un minuto y vuelve a contar las respiraciones y latidos en el minuto siguiente. ¿Qué conclusiones puedes sacar de tu experimento?
Después de la actividad física intensa, repite el experimento de la botella, inspirando de nuevo profundamente y dejando salir todo el aire de los pulmones. ¿Es mayor o menor tu capacidad pulmonar ahora que estás más cansada?
¿Por qué?
Las células de nuestro cuerpo necesitan energía para funcionar bien. Esa energía no proviene sólo de la comida que ingerimos, sino que también se obtiene del oxígeno que llega a través de la respiración.
Cuando inhalamos, obtenemos oxígeno. El aparato circulatorio trabaja conjuntamente con el aparato respiratorio para repartir este oxígeno por todas las células del cuerpo e intercambiarlo por CO2. En el viaje de vuelta hacia los pulmones, la sangre se lleva este CO2 que se expulsa en la exhalación.
Cuando realizamos alguna actividad, los músculos queman energía y agotan el oxígeno transportado por los glóbulos rojos. Para conseguir más energía, el corazón se acelera para llevar más sangre a los pulmones, y los pulmones aceleran también su trabajo para obtener mayor cantidad de oxígeno.
¿Sabías que a respirar correctamente también se aprende?
Educar la respiración es especialmente importante para los deportistas, para los cantantes y actores de teatro, o para tocar determinados instrumentos. Pero seguro que también has comprobado cómo algunos ejercicios de respiración te ayudan a relajarte en momentos de tensión.
Por cierto, las ilustraciones que acompañan la fotografía que encabeza este artículo son de dos libros maravillosos en los que descubrirás más cosas sobre el cuerpo humano:
¿Qué se esconde dentro del cuerpo humano?, de Aina Bestard
Ilumianatomía, de Kate Davies y Carnovsky