Hace unos días hablábamos de los efectos perjudiciales del sol. Bien, pues hoy nos dedicaremos a descubrir la parte positiva del sol utilizándolo como fuente de energía sencilla, totalmente accesible y ecológica, construyendo un horno solar.

Teniendo en cuenta que este blog está dedicado especialmente a niños entre 3 y 9 años os presentamos un horno muy sencillo que descubrimos en la web Science at Home.
Sólo necesitamos un recipiente de plástico transparente con tapa (también transparente), un trozo de cartón más o menos de la longitud y anchura del recipiente, papel de periódico y papel de aluminio. Dado que el recipiente se va a calentar y vamos a cocinar con él, es necesario que sea un recipiente destinado a usos alimentarios y que admita el calor.
Para construir el horno solar forraremos primero el interior del recipiente plástico (los laterales y el fondo) con papel de periódico, dejando en el interior el hueco mínimo necesario para introducir los alimentos que vayamos a “cocinar”. Con el papel de periódico aislaremos lo máximo posible el recipiente para impedir que el calor se escape por sus paredes.
Cubriremos después todo el recipiente con papel de aluminio ajustándolo a la forma que hemos dado con el papel de periódico. Con todo este papel de aluminio conseguiremos que en el interior del recipiente se refleje el máximo posible de luz solar, incidiendo sobre los alimentos del interior.
Forraremos también el trozo de cartón con papel de aluminio.
Finalmente colocaremos los alimentos que queramos cocinar en el interior del horno y lo colocaremos al sol en las horas de máxima radiación solar. El cartón forrado lo colocamos formando un ángulo con el “horno”, redirigiendo los rayos solares hacia el centro, directamente sobre los alimentos, para aumentar la eficiencia de nuestro horno.
Felicitaciones por el post, un experimento que demuestra que preparar alimentos con energía solar es viable.
Aunque veo en las imágenes que lleva una cubierta de cristal o plástico transparente, no lo mencionáis, es importante indicarlo, puesto que ello es lo que crea el efecto invernadero responsable de la cocción.
Por último os recomendaría repetir el experimento utilizando una cazuela metálica negra y no blanca como aquí, con este pequeño cambio los tiempos de cocción se reducirían muchísimo.
Saludos
Muchas gracias por tu comentario Andrés. Tienes razón que no mencionamos la cubierta de plástico. Como en nuestro caso es la misma tapa del recipiente nos olvidamos de detallar este paso. La verdad es que la lata de interior blanco es la que teníamos más a mano, pero sería interesante probar con otro recipiente de color negro y como dices hacer un estudio comparando los tiempos en cada caso.
Muy interesante!. Lo haré con mis alumnos de 2º ESO este próximo curso!. Enhorabuena por el blog
Hola:
Ante todo enhorabuena por el blog, creo que hacéis un gran trabajo difundiendo ciencia de un modo tan ameno.
En cuanto a vuestro experimento del horno solar me gustaría advertiros sobre la necesidad de usar plásticos destinados a usos alimentarios, puesto que hay muchos compuestos sintéticos que emanan vapores, que pueden llegar a resultar tóxicos por inhalación.
Sé que son difíciles de conseguir por un particular y que vuestro post pretende demostrar la capacidad energética del sol y la cantidad de aplicaciones posibles, pero hay que alertar a la gente sobre la calidad y uso de los materiales empleados.
Un cordial saludo.
Esta buenisimo