De nuestra última visita al museo Blau de Barcelona, nos quedó pendiente una actividad científica que era fabricar nuestros propios fósiles, así que nos hemos puesto manos a la obra.
Hemos probado fósiles de dos tipos. Los primeros los hemos hecho con arcilla blanca (de manualidades). Primero envolvimos con la arcilla nuestros pequeños “fósiles”: un dinosaurio y conchas de mar y dejamos secar y endurecer unos días al sol. Cuando ya estaban bien secas, y armados con sus herramientas de paleontólogos (martillos, destornilladores, tornillos y un pincel para el trabajo más delicado), han excavado en busca de tesoros.
En algunas de las piezas de arcilla se podía ver perfectamente las marcas de las conchas enterradas.
Los segundos fósiles los hemos intentado hacer con una mezcla un poco más realista, para que quedaran enterrados en una textura similar la la tierra, siguiendo esta “receta” . Aunque el resultado final ha sido una pasta un poco más blanda de lo que debería (“parece pan!!”) el caso es que también han disfrutando excavando.
En este caso para aumentar el realismo del experimento, había enterrado unos cuantos huesos bien limpios de pollo (después de hervirlos aproximadamente durante una hora) que han limpiado cuidadosamente con agua y pinceles después de desenterrarlos. Aquí he encontrado una tercera “receta” para hacer la masa, todavía más realista con arena y escayola, pero esta no hemos tenido ocasión de probarla. También proponen complicar aún más el experimento enterrando nuestros propios fósiles hechos con escayola (mucho más delicados) en lugar de enterrar directamente los huesos….un trabajo para paleontólogos más experimentados.
Y finalmente, a propósito de fósiles, también he encontrado un experimento interesante y bonito para crear fósiles de ámbar… ¿os animáis a probarlo y nos contáis el resultado?