Hace unos días tuve oportunidad de acudir a una sesión de puertas abiertas en una escuela considerada “innovadora” cuya metodología me resultó muy interesante:
- Tratamiento personalizado del profesor/tutor.
- Implicación de las familias en los proyectos de la escuela.
- Programa de lectura inter-centros.
- Eliminación de asignaturas, y trabajo por proyectos.
Realmente me pareció un buen lugar para educar a mis hijos, pero a medida que iba avanzando la reunión pensaba que algunos de los puntos tan positivos de aquella escuela tan innovadora, los teníamos nosotros ya en nuestra escuela. Aunque mi escuela no presume de innovadora, porque es una escuela rural. Una escuela que sí presume de ser: pequeña, de pueblo y pública. Una escuela generalmente desconocida, y en algunos casos rechazada, debido a las ideas preconcebidas que algunos tienen respecto a todo lo que va acompañado de la palabra “rural”.
Hoy os invito a una «jornada de puertas abiertas» en una escuela rural:
En mi escuela rural los profesores conocen a todos y cada uno de sus alumnos, además de a sus padres, a sus abuelos, tíos, y todo su entorno familiar. Y las familias conocemos a los profesores: nos conocemos y aprendemos a apreciarnos y entendernos. Como en muchas escuelas, tenemos una agenda para que tanto los profesores como las familias puedan intercambiar comunicaciones diversas…Pero lo cierto es que pocas veces la utilizamos. Un minuto a la entrada o a la salida es suficiente para informarnos de citas con el médico, de un estado de ánimo especial, de problemas familiares o de pequeños incidentes en la escuela. Y en ocasiones, tan sólo una mirada es suficiente para transmitirnos cómo ha ido el día.
En mi escuela rural las familias nos consideramos parte de una pequeña comunidad de aprendizaje. Una comunidad en la que todos aprendemos unos de otros en algún momento: los alumnos más pequeños, los mayores, los maestros, la gente del pueblo, los expertos que vienen de fuera o de las propias familias. Las familias somos invitadas a explicar nuestras respectivas profesiones y a colaborar según nuestras habilidades o conocimientos. Cuando en el pueblo nos visitan personas o familias de habla inglesa, son bienvenidas en las clases de inglés para explicarnos las costumbres de su país.
En mi escuela rural hay un plan lector en primaria, en el que cada mañana se dedica media hora a la lectura en diferentes idiomas: catalán, castellano e inglés. En el que los pequeños aprenden a leer con los mayores y en el que los mayores preparan representaciones de cuentos para los más pequeños.
Vale, en mi escuela no se trabaja sólo por proyectos. Aún tenemos libros de texto, pero nuestros profesores (y probablemente muchos maestros de escuelas rurales) son por necesidad innovadores. Son profesores que trabajan con alumnos de diferentes edades, de diferentes capacidades, y de diferente origen. Profesores, que deben organizarse y reinventarse según las necesidades concretas del momento. Donde a la profesora de música le toca dar clase de castellano, donde el profe de educación física da soporte con las mates y la lectura. Y el de inglés ayuda con las de ciencias. ¿Veis cómo la transversalidad entre asignaturas y competencias, nace de forma natural en nuestro día a día?. En mi escuela rural los alumnos trabajan de manera autónoma cuando el profesor está con los de otro curso, y tienen claro lo que les toca hacer en esos momentos. Pero además trabajan en equipo, trimestralmente, en diversos proyectos elegidos por ellos y en los que los alumnos de los cursos superiores realizan presentaciones orales al resto de alumnos de su clase.
Vale, no todo son maravillas en mi escuela rural, pero hoy sólo quería hacer una reflexión sobre los “puntos fuertes” de estas escuelas (tampoco nadie me habló de los inconvenientes de la “escuela innovadora” en su jornada de puertas abiertas, y seguro que también los tienen).
Así que a todos los que estáis estos días visitando escuelas y decidiendo cuál es la mejor para vuestros hijos. Buscad escuelas innovadoras, escuelas activas, escuelas respetuosas con vuestros hijos. Y, si tenéis oportunidad, acordaos también de las escuelas rurales, donde hay grandes maestros también innovando y haciendo un gran trabajo.
Great article Belen….I love your little rural school
And you and your beautiful family are always welcome, Imma 😉
Gracias por el artículo. Acabo de matricular a mi hijo en la escuela de nuestro pueblo. Me lo he pensado. Tenía prejuicios hasta que hablando con otros padres me di cuenta que es in lujo.
Enhorabuena! Desde mi experiencia, creo que no os arrepentiréis.
Totalmente de acuerdo, elegimos una escuela rural en vez de la macroescuela que nos tocaba de refencia. Estamos encantad@s con la elección por todo lo que implica y que tu explicas muy bien.
Eskerrik asko!!!, me gusta el artículo y lo comparto.
Gracias Ana por dejarnos tu comentario con tu experiencia y por compartir el artículo. Eskerrik asko!
Me alegro que vuestra experiencia sea tan buena. En nuestro caso fue un desastre. Los profesores cambiaban todos los años sin interesarse lo más mínimo por los alumnos pero claro gran parte de culpa la tiene la directora que se cree que el colegio es su cortijo por no decir de las familias que le bailan el agua a esta señora. Después de dos años de lucha que no llegaba a buen puerto pues me nos vimos solos decidimos llevar a nuestros hijos a la ciudad. No me arrepiento del cambio pero si es cierto que a nivel emocional los niños crecen mejor en la escuelas rurales. Un saludo
Cuanto siento que tuvierais que renunciar a la educación en un colegio rural sólo por una persona. Es uno de los inconvenientes que encuentro en la escuela rural: el riesgo de topar con determinadas personas ancladas en el pasado, y ancladas a su puesto. Por suerte, precisamente ese movimiento de profesores puede resultar un punto a favor, pues con ellos siempre vendrá sangre nueva, ideas frescas, nuevos métodos y nuevas energías.
Tan cierto, trabajo en una escuela rural hace un año estuve 18 en escuelas urbanas. Me recontre con mi vocación muchas veces el sistema nos hace que olvidemos lo lindo que es enseñar…
Gracias por poner en valor la escuela rural y el trabajo que hacemos quienes estamos trabajando en ellas. Creo que si muchas familias lo conocieran quizá hubiese una vuelta de alumnos a nuestras aulas.
Gracias también por compartir tus conocimientos.
Oti
CRA PICOS DE EUROPA
Enhorabuena mis 26 años en educacion, han sido en el medio rural, donde realmente enseñamos no solo contenido academico,sino que aprendemos a identificarnos con nuestro medio ,haciendo de nuestra praxis pedagogica una experiencia maravillosa y enriquecedora. Demonos a Venezuela, Dandonos al Campo RURAL,RURAL, RURAL