Hoy hemos recuperado una actividad que se podría considerar tanto de física como de matemáticas, fabricando, jugando y experimentando con una balanza. Como ya habíamos introducido en alguna otra ocasión el tema del equilibrio con una sesión de juego en los balancines del parque o fabricando un balancín casero, nos hemos dedicado directamente a construir nuestra balanza. En el blog homeschoolenpuebla.blogspot.com encontré por casualidad una idea estupenda para fabricarla aprovechando una percha de plástico y unas latas. En nuestro caso sustituimos las latas por unos recipientes de cartón (mucho más fáciles de perforar para las pequeñas manos de nuestros científicos) y colgamos la percha de una varilla de madera sujeta entre dos sillas, y este fue el resultado:
Una vez fabricada la balanza la utilizamos primero para pesar objetos iguales (primero aros, luego canicas) jugando sólo con las cantidades a uno u otro lado de la balanza.
En este caso es bastante intuitivo para ellos ver que cuando tienen más objetos en uno de los extremos la balanza, se inclina hacia ese lado: “pesa más porque aquí hay más” y consiguen equilibrar fácilmente la balanza igualando el número de objetos a los dos lados.
Sin embargo, cuando comenzamos a utilizar objetos de diferentes tamaños y materiales (pequeños coches) la cosa se fue complicando:
Ahora la idea intuitiva de que 2 coches pesan más que uno sea cual sea el material no funciona y comienza el proceso de experimentación: prueba – error hasta conseguir equilibrar la balanza. Así han pasado un buen rato probando con todo lo que cabía en las cajitas: canicas, bolitas de algodón, tapones de botellas… y hemos intentado sacar conclusiones. Se han sorprendido al descubrir que los objetos más grandes no pesaban necesariamente más que los pequeños (al probar con bolitas de algodón y canicas), que dos coches de aproximadamente el mismo tamaño (uno de madera y otro de plástico) tampoco pesan necesariamente lo mismo, etc. Aunque no han conseguido de momento llegar a ninguna conclusión exacta que les permitiera predecir el resultado antes de la prueba.
Finalmente hemos seleccionado tres objetos y hemos intentado ordenarlos de mayor a menor peso. M. ha comenzado comparando pesos 2 a 2 pero no ha conseguido de momento ordenar los 3 objetos por sí solo. Pero como le ha entusiasmado su balanza estoy segura de que será un juego que probará otro día y descubrirá por sí mismo la relación.
Muy chulo. Besitos creativos.