Parece que la historia de este experimento de la «serpiente del faraón» es larga, ya que dada su espectacularidad era un entretenimiento utilizado durante las cenas aristócratas a principios del siglo XIX, e incluso llegó a comercializarse como producto pirotécnico. El problema fue que pronto se dieron cuenta de la toxicidad de las reacciones químicas que tenían lugar durante la combustión del tiocianato de mercurio, por lo que cayó en desuso.
Hoy día, podemos realizar una variante de este experimento de la «serpiente negra» o «serpiente del faraón» utilizando sustancias no tóxicas, como el azúcar y el bicarbonato y con resultados también espectaculares. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en el proceso de combustión se generan gases, por lo que se debe realizar en un lugar bien ventilado, o preferiblemente en el exterior. Igualmente, debes tomar las precauciones habituales al trabajar con sustancias inflamables y siempre bajo la supervisión de un adulto.
Necesitas:
- Bicarbonato sódico
- Azúcar glass
- Arena
- Un molde
- Una cucharita
- Un plato de cristal o cerámica
- Alcohol etílico de 96º
- Un encendedor
Experimenta y observa:
Mezcla dos cucharaditas de bicarbonato sódico con dos cucharadas de azúcar glass y echa un poco de alcohol sobre la mezcla hasta tener una pasta moldeable. Rellena el molde con esta pasta y déjalo secar completamente. Llena el plato de arena formando una montaña y haz un hueco en el centro. Rocía la arena con alcohol y coloca encima la pastilla seca que has obtenido de la mezcla de bicarbonato y azúcar. Enciende el mechero y acércalo a la pastilla, hasta que comience a arder y observa lo que sucede.
¿Por qué?
Con la combustión, el bicarbonato se descompone en carbonato de sodio, vapor de agua y dióxido de carbono. Mientras que la combustión del azúcar produce también vapor de agua y dióxido de carbono. Además, el azúcar se carameliza por la acción del calor. En este estado, el azúcar se infla por la acción del gas desprendido. Como resultado de la combustión se produce carbonato y carbono inflado debido a los gases que se generan, en una forma que recuerda a una serpiente de color negro.
¿Habéis tomado todas las precauciones necesarias y queréis seguir experimentando con la combustión, pues no os perdáis el experimento del fuego con harina.
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