Hace unos días os proponíamos un experimento para observar los efectos del sol y el calor. Y hoy continuaremos con otra propuesta con el sol de protagonista.
En casa estamos muy concienciados respecto a los peligros del exceso de sol, así que nunca faltan ni la crema solar ni las gorras cuando salimos al exterior en días soleados. Pero así como las gorras les encantan, no ocurre los mismo con la crema, y J. siempre se queja a la hora de protegerse, así que encontré un experimento sencillo para que pudiera entender por qué era necesaria la crema.
Necesitamos una cartulina de color (la propuesta inicial era con cartulina negra, pero después de que una tormenta estropeara nuestra primera prueba, repetimos con el color rojo y comprobamos que también funcionaba), y crema de protección solar.
Sobre la cartulina de color marcamos diferentes zonas: una sobre la que no echaremos nada, y otra sobre la que extenderemos una ligera capa de crema solar. Yo tenía mis dudas de que el efecto no se produjera por el simple hecho de untar una crema cualquiera debido a los aceites, así que incluimos una tercera zona sobre la que extendimos también una ligera capa de crema “normal” sin protección solar. Dejamos unas 24 horas al sol y observamos el resultado.
En general toda la superficie se había aclarado bastante, pero pudimos ver claramente que la zona sobre la que habíamos echado la crema solar, era la que conservaba un color más parecido al original. Curiosamente la zona que tenía crema normal incluso se había aclarado ligeramente más que la zona sin nada. Y también descubrimos un semicírculo en la parte superior que había mantenido completamente el color original….ah, era la parte que quedó completamente tapada con una lata que colocamos sobre la cartulina para evitar que volara con el viento. Las pequeñas marcas de gotas de agua son debidas a un “pequeño accidente” con el riego, ajeno a nuestro experimento….
Así pudimos comprobar que la crema solar efectivamente nos protege del efecto del sol….y hemos conseguido cambiar el «hoy crema no, ¿vale?» de cada día de J. por una mirada esperanzada al cielo seguida de un «hoy no hace mucho sol, hoy crema no, ¿vale?».
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