Hoy muchos adultos todavía no se atreven a presionar un botón del ordenador por miedo a que explote, miran el móvil con desconfianza y no son capaces de manejarse con él. Pero nuestros hijos no. Viven en un mundo en el que son consumidores habituales de tecnología y no tienen miedo de probar y experimentar con ella. Así que ¿y si vamos más allá? ¿y si les permitimos dejar a un lado su papel de consumidores pasivos y les damos herramientas para que sean capaces de crear sus propias aplicaciones? Este objetivo es el que persiguen iniciativas como “La Hora del Código” que se celebra del 7 al 13 de diciembre .
¿Qué es?
La Hora del Código («One hour of code») es una iniciativa que surge en Estados Unidos, diseñada para mostrar que todo el mundo puede aprender a programar y así comprender los fundamentos básicos de esta disciplina.
Se trata de una introducción de una hora de duración a las Ciencias de la Computación, que se puede realizar de forma autónoma desde cualquier ordenador y en la que el objetivo es crear un programa que funcione y que pueda ser atractivo para los niños.
¿Por qué?
Todos los estudiantes deben tener la oportunidad de aprender Ciencias de la Computación. Ayuda a fomentar las habilidades de resolución de problemas, la lógica y la creatividad. Introducir a los estudiantes de forma temprana en las ciencias de la computación, les permitirá disponer de conocimientos imprescindibles en el siglo XXI; fundamentales sea cual sea su futuro desarrollo profesional.
Si bien la campaña está excesivamente focalizada en la utilidad de la programación: «debemos enseñar a los niños programación para aumentar sus oportunidades en el futuro mercado laboral». Creemos que también incluye aspectos muy positivos, pues desmitifica algunos tópicos acerca de la dificultad y la complejidad de las técnicas de programación, haciéndola accesible a todos. Pretende además conseguir captar la atención de los más pequeños, y especialmente de las niñas, echando por tierra el tópico creado por la sociedad de que las ciencias y la ingeniería son cosas de niños. Y busca potenciar las vocaciones científico-tecnológicas, haciéndolas especialmente atractivas tanto para niños como para niñas.
A la hora de decidirnos a introducir a nuestros hijos en el lenguaje de programación debemos considerar además otros beneficios generales que puede proporcionar :
1. Aprender a descomponer un programa en otros más pequeños y abordables ayuda a desarrollar técnicas de resolución de problemas.
2. Las matemáticas se convierten en una necesidad, con lo que se desarrolla el interés por esta asignatura.
3. Se impulsa la creatividad con el reto de crear un programa que funcione, e incluso que se diferencie de otros que ya existen.
4. Se estimulan las capacidades verbales y las técnicas de trabajo en equipo pues adquiere gran importancia el hecho de compartir los proyectos con otros niños.
En las escuelas contamos con la gran ventaja de que el pensamiento computacional se puede introducir de forma transversal: en las asignaturas de lengua, matemáticas, historia, ciencias, arte, etc. Como por ejemplo desarrollando un programa que cuente una historia con un diálogo entre personajes, la biografía de un personaje o un acontecimiento histórico. O creando un juego de preguntas y respuestas sobre lengua, matemáticas, geografía, ciencias etc. Os dejo también una reflexión sobre la enseñanza de programación en las escuelas de la mano de Eduard Muntaner para la red Tiching.
Si en la escuela de tu hijo no dispones de estas actividades, no te preocupes porque la buena noticia es que podéis hacerlo fácilmente desde casa si disponéis de un ordenador con conexión a internet. Nosotros esta semana nos ponemos manos a la obra para unirnos a esta hora de código. ¿Y tú? ¿Te animas a aprender a programar de la mano de tus hijos? ¿Te unes a la iniciativa «Una hora de código»?